R. M. Millán

miércoles, 29 de junio de 2016

#PrayForUs

Los desamparados han crecido en número;
a diario se escuchan pasos en tropel,
echan fuego a sus pares tumban casas por doquier.

Gritos de madres se despiden de los hijos
que pierden la vida en caminos de turismo;
hermanos toman venganza y la desgracia más avanza.

Aunque por minoría los conocemos,
la estrategia los desplaza;
atacan cristianos y devotos,
tiñen de sangre y matanza.

El clamor retumba el universo,
no es terrenal lo que vivimos.
Las naciones sufren pares
muertes, hambre y desatinos.

Hijos de un Padre,
de madres diversas,
pelean por un reino
cual recompensa.

La lucha es un juego
que hunde esperanzas,
y el Antricristo ganando confianza.
Sopla con furia,
humano herido,
que las capitales arden
pero por el olvido.

Recoge tu orgullo
y defiende las almas
que han caído en batalla
con furia y templanza.

Rompamos cadenas
de yugo asfixiante,
es momento de acabar
con la llama incesante.

Acarrea los temores,
intimida con tus alas,
que el mundo emana temblores
por lo que dice tu cara.

La conquista no es un sacrificio,
es un mecanismo de enseñanza.
Llegar al trono es fácil
con codicia y desesperanza.

No se trata de cuántos lleguemos
sino del impulso
que a lo débiles traspasaremos.
El mundo es muy pequeño
para convivir con alimañas.
Mi propósito es acabar
con quienes hieren mis entrañas.

Levantemos las rodillas porque París sigue de luto.
Levantemos las manos porque Bruselas sigue de luto.
Levantemos las espadas porque Orlando sigue de luto.
Levantemos el rostro porque Venezuela está de luto.

Dejemos el corazón protegido
en un mismo cajón,
porque Turquía necesita de nuestra participación.
Que el mal vea el final y viva su propio terror.



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