R. M. Millán

lunes, 20 de junio de 2016

Lluvia de medio tiempo

Fueron veintiocho noches de resignación las que pasaron hasta que se echó sobre las sábanas heladas de una playa desértica. La noche veintinueve cuestionó la identidad ausente del astro de las montañas. Las nubes cubrían la atmósfera y ni el reflejo de las estrellas palpitaba en sus ojos. De las manos caían los primeros granos de vacío, la decepción se confundía con las aguas que le cortejaban el pelo mojado. La última pregunta la había perdido en un susto noches atrás y ya ni recordaba qué quería saber. Después de unas horas de sueño perdido, cayeron las primeras gotas sobre sus mejillas. Y lo que ella había considerado lluvia de medio tiempo, resultaron ser lágrimas de alegría de un inesperado encuentro.

No hay comentarios: