R. M. Millán

domingo, 7 de julio de 2013

Recordando...

Recordando me di cuenta de que siendo joven recordaba poco haber sido niño,
que siendo joven sufrí la condena de enfrentar el peligro sin armas para defenderme,
que un puberto vive las atrocidades que la madre evita
que la inexperiencia me malconducía
que fui un inocente que rió,
que aprendió que las lágrimas no son sal,
que la sal, en cambio, te hace bien y mal,
que había afuera un mundo más pequeño,
que los amigos crecían con sus metas,
que los adioses chocaban contra mi ventana,
que las luces se encendían sin oscuridad,
que la división no era matemática,
que la mentira fue mi mejor acompañante,
que yo dejé de ser yo para engañarme y engañar a mi alrededor,
que cada vez que sonreía me sentía triunfante y creía que el mundo tenía sentido,
que las arrecheras constituían decepciones de por vida,
que madurar era hablar con adultos de tabús que mis pares se negaban a preguntar,
que una relación amorosa constaba de más de dos;
que me enfermé, que me curé, que me caí y me levanté;
que fui de alguien y también de nadie, que tuve mucho y que fui un cobarde,
que entrené con entrega para un torneo imaginario y
que creaba en mi mente miles de cuestionarios…
…recordando me di cuenta de que antes tenía una vida y
que ahora solo tengo edad para recordarla.

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